Son las 6.
Me cuantas que has salidos corriendo. Salgo corriendo.
Son las 12.
No te entiendo. No me entiendo.
Son las 6.
¿Porque salimos corriendo al recibir la llamada con tanto miedo esperada, esa que nos pondrá a prueba y esa ante la que sabemos que seremos incapaces de decir que no, darnos la vuelta y seguir?
¿Porque conseguimos no salir corriendo al recibir la llamada con tanto miedo esperada, esa que ya no cogeremos más esperando que deje de sonar?
Son las 12.
Te entiendo. No te entiendo.
Son las 6.
¿Porque mandamos ese primer mensaje, haciendo a nuestro cuerpo dividirse entre el deseo o el rechazo?
¿Porque conseguimos no mandar ese primer mensaje, haciendo a nuestro cuerpo dividirse entre el deseo o el rechazo?
Son las 12.
Te entiendo. No te entiendo.
Son las 6
¿Porque corremos a su lado sabiendo que no será para siempre, sabiendo que el te quiero será para otro?
¿Porque un día ya no corremos a su lado a pesar de saber que si lo queremos?
Son las 12.
Te entiendo. No te entiendo.
Son las 6.
¿Porque las torres más altas caemos, olvidando todo aquello que fuimos? ¿Porque tu, que eras la torre más alta has caído, olvidando lo que fuiste?
¿Porque las torres más altas nos levantamos, fingiendo olvidar todo lo que fue? ¿Porque tu, que eras la torre más alta has caído y no puedes levantarte?
Son las 12.
Te entiendo. No te entiendo.
martes, 30 de marzo de 2010
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