Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.
Gabriel García Márquez

jueves, 20 de mayo de 2010

El miedo, el espejo y la barra de un bar

Algún día, ella sabe que deberá pensar en lo que siente,
abrir las puertas que cerro aquella noche tras una llamada.

Mirarse en el espejo con otros ojos,
con esos que buscan abrir puertas cerradas por el miedo.

Pensar que es eso, eso que
se mueve a veces, pero no siempre.
Pensar si es el miedo lo que mueve eso,
o es eso que tanto miedo le provoca.

La verdad, es que solo tiene miedo,
porque sabe que el tiempo se acerca,
corre en su contra

Pero no sabe si quiere mirarse, teme que al hacerlo.....

Es tan fácil ser mujer de una noche,
pensar solo en amores de barras mientras
tú estés a la noche siguiente en su cama.

Es muy fácil fingir que no te necesita,
pero cuando llega la noche llega el miedo.
Miedo ¿a que? A la soledad
a la soledad de tu ausencia
a la soledad, ausencia de ti

Llegara el día en que tendréis que
dejar las miradas, las caricias, los besos,....
Por eso, porque se que ese día llegara,
no quiero que te mires en el espejo,
porque se que cuando lo hagas no vereis lo mismo

Se que no te da miedo la soledad,
pero a ella la aterra.
¿Y si rompe todos los espejos
y se venda los ojos?
¿El momento no llegará?
Los tres sabemos que si,
no podéis ir siempre contra corriente
Un día tendréis que elegir,
aparecerán Ella y El,
os harán elegir.

Entonces se arrepentirá
de no haber sido valiente a tiempo,
valiente para darse cuanta de que
esto nunca les llevo a ningún lado,
pero ¿Sabeis qué?
No cambiará sus sonrisas,
sus caricias
y sobretodo su cariño por nada.

Y supongo que después de muchas lágrimas,
decidirá mirarse en su espejo,
ese ante el que solo ella puede verse,
y eso día quizá deje de buscar el amor en la barra de un bar

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